martes, 5 de julio de 2011

JUST DO IT!

Uno de los primeros números de la calle Pagés del Corro fue una taberna que, si no recuerdo mal, exhibía en su fachada menesterosa algunas jaulas con codornices que tal vez formasen parte de la no menos menesterosa carta del local. Hablo de los últimos años noventa o primeros... (¿cómo se dice?) de este siglo.
Cerrada ya la taberna, abandonado el local, luce hoy en sus persianas melancólicas sendos grafitti con consignas, supongo, antisistema (?) en una de las cuales se ve la A mayúscula inscrita en un circulito y la leyenda ANTI-POWER.
La otra es la verdaderamente curiosa, si se mira con detalle, ya que combina el círculo roto por esa especie de rayo desganado con un solo zigzag -que al final vuelve en la misma dirección, ése que yo asociaría a los ocupas y mis hijos a la alta tensión- con la leyenda JUST DO IT!
Llevaba semanas considerando paradójica la combinación hasta que hoy me he caído del guindo, o del caballo, como Pablo en el camino de Damasco. En mi ya lejanísima adolescencia tomé la decisión de abandonar locales, tribus y modas cuando me di cuenta de que oscuras banderas, discos alternativos y hasta peinados y pensamientos -perdón por la metonimia- nos uniformaban, empaquetaban y etiquetaban.
Pues eso, creo, es lo que le ocurre al anónimo iluminado que combina la O tronada de los ocupas, que al final vuelve en la misma dirección, con el eslógan de la marca yanqui que, bajo la fresca ala de la victoriosa Atenea, explota niños asiáticos.
Afirma con rotundidad y eficacia que, en ejercicio de su libertad y ciudadanía, no reconoce otro gobierno que el de "los mercados". Como esos chicos de mi Instituto que siempre firman con la ese y los dos palitos del dólar. ¡VIVAN LAS CAENAS!

viernes, 3 de junio de 2011

HOY TOCA DUELO CON NERUDA

Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo
y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
¡Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

Dejé de escribir cuando tomé conciencia de que todo era hablar por boca ajena ("Y entonces te pareces a la lluvia" o "adoro tu silencio de planeta" fueron endecasílabos "míos", hace falta tener poca vergüenza. Y mira por dónde, este último endecasílabo sí que es mío).
Te gustaba el bosque y a mí la palabra crepúsculo.

viernes, 27 de mayo de 2011

UMBRÍO POR LA PENA

casi bruno,/ porque la pena tizna cuando estalla...

De la mano de Miguel Hernández, tambaleándome, vuelvo al blog. Tendría que barrer, pasar un trapo y recoger un poco, antes de recibir a nadie, pero la pena estalla cuando estalla:/ ya sabrán disculpar el desaliño.
Como no soy artista, empieza a preocuparme la cantidad de versos, cuadros, acordes o instantáneas que hablan mejor que yo -esto no es difícil- de mis cosas.
¿Conocía este soneto de Lope? Si no me equivoco, pertenece al Tomé de Burguillos. Pues mire usted, como las Cuatro últimas canciones de Strauss: cosas que se hacen desde la última curva del camino y de las que hemos de aprender.
Esto iba de letras y músicas: no puedo prometer ni prometo una serie, aunque me gustaría intentar ("Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes", nos enseñó el Maestro Yoda...) ofreceros páginas que sean reflejos de almas y momentos. Puro egoísmo, sí: ¿serán también menos las penas con "panis ciberneticus"? No lo creo. En cualquier caso, quisiera empezar con éste:

Resuelta en polvo ya, mas siempre hermosa,
sin dejarme vivir, vive serena
aquella luz, que fue mi gloria y pena
y me hace guerra cuando en paz reposa.
Tan vivo está el jazmín, la pura rosa,
que, blandamente ardiendo en azucena,
me abrasa el alma, de memorias llena:
ceniza de su fénix amorosa.
¡Oh memoria crüel de mis enojos!
¿Qué honor te puede dar mi sentimiento,
en polvo convertidos sus despojos?
Permíteme callar solo un momento,
que ya no tienen lágrimas mis ojos,
ni conceptos de amor mi pensamiento.

miércoles, 28 de abril de 2010

BAD DAY

Entrar en el trabajo con pruebas de evaluación de diagnóstico (competencia en comunicación lingüística) no es la mejor manera de entrar.
Salir, ciudadano ya, sin la autoridad que hasta en el curro parece discutible, disolviendo hordas de expectantes adolescentes ávidos del espectáculo deseducador de una pelea anunciada, tampoco es la mejor manera de salir.
Llegar a casa un miércoles implica la asunción de una tarde solitaria primero y excesivamente entretenida a continuación, pero si la de hoy ha sido de las más entretenidas, tampoco son formas de llegar.
Tres hijos y no dos-Ángel, irónico nombre- y otra vez monoparental.

Y sólo son las 18,39. Con Murphy en la mano, todavía puede empeorar.

Ya lo cantaba REM, "Please, don´t take a picture..."

martes, 29 de diciembre de 2009

ÁNGELES EN LA CIUDAD ETERNA

Era Cuaresma y paseaba con mis hijos por el centro. Visitamos a mi amigo Jose, que vende cupones en la esquina de la zapatería donde estaba el bar Flor. Íbamos luego al besamanos de la Virgen del Valle y por el camino quise enseñarles el escaparate polícromo de la Confitería La Campana: un paraíso de filas y filas de nazarenos de colores esperando su relleno de caramelos.
-¿De cuál es éste , papá?
- Del Cerro.
- ¿Y éste?
- De San Esteban.
(Confesión privada: rara vez tiene uno con sus hijos la certeza de que, en efecto, "se las sabe todas").
Mientras pegan manos y narices al cristal, mientras seleccionan uno de La Estrella y otro del Silencio -ellos y yo sabemos por qué- un tipo grandullón y barbudo hace fotografías. Pido a los niños que se salgan del encuadre y él me pide que se queden, con la aclaración de que me explicará qué se propone. Yo decidí el relleno: masticables de chocolate (¡MMMMMMM!) y el fotógrafo ofreció las aclaraciones oportunas. Volvimos a verlo en el besamanos, en el que hubo anécdota que os contaré otro día.
Casi olvidado ya aquel día de marzo -ha llovido mucho, sobre todo la última semana- entro hoy en cierta librería y en cuentro esto:

http://www.editorialalmuzara.com/editorial.php?idioma=1&libro=538

en cuya página ciento cuarenta y cinco se ve el escaparate, dos caritas reflejadas en el cristal y una manita que quiere coger al del Silencio.
Ángeles en la ciudad eterna, inesperado regalo de Reyes que ya viene a lomos de Melchor, mi rey, el mago blanco.
Sus caramelos se cruzan hoy con los de los nazarenos, con el descubrimiento sobresaltado -como de niño en la madrugada de Epifanía- de que Robles y del Junco han puesto, entre miles, una foto inolvidable para la que no basta toda la gratitud del mundo.
Seguro que adivináis por qué. ¿Recordáis vuestra cara en ese mismo cristal, su mano en vuestro hombro?

domingo, 27 de diciembre de 2009

EL DONOSO ESCRUTINIO

Desatiendo mi propio blog, lo cual no es muy significativo en estos momentos de alteridad en que siempre preocupan más otras saludes, comunicaciones y vidas que las propias. Lo que toca, y muy a gusto.
El título de esta entrada hace referencia a un expurgo en la biblioteca de mi Instituto -olim, Colegio- que me ha dado la ocasión de revisar, manosear, tocar y oler un montón de libros del pelaje más variado.
Primera impresión: ganas de cambiar mi profesión por la de librero de viejo, pana, mesa camillla, los cuarenta y seis Episodios Nacionales, una taza de café y, por qué negarlo, la caricia en el oído de la integral de Das Kantatenwerk.
Segunda, ya menos impulsiva: cuántas preguntas. ¿Porqué hay tantos ejemplares de Alfanhuí? ¿Qué pintaba en la biblioteca de un modesto colegio de pueblo la narrativa de Pearl S. Buck? ¿Qué significa exactamente Historia de la música ANDALUZA? ¿Serán buenas estas traducciones de Faulkner, con lo que se respeta a Fúlkner en este pueblo?
Me he traído una antología de autos sacramentales (que incluye a Lope, Tirso, Calderón y Mira de Amescua) solo porque está inclusa en un "Biblioteca fundamental del hombre moderno" y uno se pregunta: ¿Qué hombre moderno se permite desconocer El colmenero divino?
En fin, no quiero cansaros con un regreso de "erudito a la violeta", así que voy a "picar entre horas" (lo hago con libros más que con comidas) un Sevilla en los textos clásicos greco-latinos de un tal Alberto Díaz Tejera, no sé si a alguien le sonará...

sábado, 3 de octubre de 2009

El hombre que esculpió a Dios

TÍTULO: El hombre que esculpió a Dios
AUTOR: Fernando Carrasco
EDITORIAL: Jirones de azul
COLECCIÓN: Mundus
PÁGINAS: 442
PROCEDENCIA: Préstamo de Félix Valiente (Senior)
FECHA LECTURA: Agosto 2009.


SINOPSIS:

1620: Juan de Mesa, escultor imaginero cordobés afincado en Sevilla está terminando la que está llamada a ser su obra maestra: el Señor del Gran Poder. Está enfermo y poseído de esa “pasión creadora” que asociamos a los científicos y los sabios en las nubes. Testigo de estos movimientos postreros de su gubia, su discípulo Francisco de Asís Gamazo se conjura consigo mismo (¿) para evitar que la obra de su admirado maestro caiga en el olvido o, lo que es peor, sea suplantada su autoría por la sombra alargada del “mediático” (diríamos hoy) Martínez Montañés.
Paralelamente, en la Sevilla del siglo veintiuno comienza a aflorar una conspiración que parece tener el propósito de “dar el cambiazo” a las imágenes de Juan de Mesa para protegerlas de quién sabe qué secretas asechanzas. Laura Moreno, investigadora del IAPH –siglas que conoce cualquier sevillano que además sea cofrade- se verá envuelta en una peligrosa conspiración.

OBSERVACIONES Y COMENTARIOS:

En mi personalísima intrahistoria lectora, que a nadie importa, he pasado de Pahmuk a Carrasco, lo cual es sin duda un exceso incluso para mí. Es el típico libro que lees porque la gente conoce tu afición por su referente (“Con lo que te gusta la Edad Media, habrás leído Los pilares de la Tierra, ¿no?”) y, basándose en él, te lo presta o regala y tú, claro, te lo lees sin aplicar tus creencias más profundas (Ars longa, vita brevis) y sufres todas sus páginas, desde “La luz hizo acto de presencia” (SIC- Sigh!) hasta “sobre todo, de fe en Jesucristo y su madre, la Santísima Virgen María-El autor”.
Un argumento predecible, tópicos en fondo y forma y una expresión desaliñada hasta decir basta son solo las tachas más evidentes y superficiales de esta versión hispalense de El código Da Vinci, aún más execrable que aquella de que es epígona.

Y mira que me cuesta hablar mal de libros y personas. En fin, el libro no me ha gustado y seguro que lo ha escrito una buenísima persona.