Perdóname: estoy hecho un lío. Como no sé si rezar por ti o pedirte que reces por nosotros, he decidido que voy a pasar toda la Semana Santa rezando contigo. Desde luego, nunca podré explicar porqué soñé tu descanso y nuestro sobresalto.
No esperaba que te mirases en tu nombre ni tanto ni tan hondo ni tan pronto.
Ahora que en mi ciudad es por fin, primavera,
¿que haremos sin LUZ, MARÍA?
Oft´ denk ich
sie sind nur ausgegangen...
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In paradisum deducant te Angeli; in tuo adventu suscipiant te Martyres, et perducant te in civitatem sanctam Jerusalem.
ResponderEliminarChorus Angelorum te suscipiant, et cum Lazaro quondam paupere aeternam habeas requiem.
Ya sabéis: aunque comprenda algo de Latín, hay cosas que no entiendo. Es demasiado paradíjico, dado el caso, aquello de "et LUX aeterna luceat ei".
ResponderEliminarQuizás siga siendo igualmente paradójico, pero puede que esta cita te aclare algo:
ResponderEliminar“Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en la oscuridad, sino que tendrá la luz de vida. (Jn 8,12-14)”
Gracias. Ninguna luz me sobra. Hoy Pablo ha "roto" con su particular duelo: por lo menos, dice que el "bisa", el abuelo Manolo y el tito Dani pueden cuidar de ella.
ResponderEliminarClaroscuros. Paradojas.
¡Mañana hay más luz! Mañana luminosa de Domingo de Ramos. Como en la Función del Valle, fingiré deslumbramiento o emoción sobrevenida y tiraré de gafas de sol en caso de necesidad. Esta Semana Santa me toca rezar con ella, que nos precede en el viaje definitivo.
Sin exclamación, ni aspaviento, ni gesto soberbio: al oído, con un besito y la señal de la cruz en la frente, como cada día despido a mis niños: A LA GLORIA, LUZ MARÍA. Gracias por enseñarme a hablar con mishijos de la Luz y sus misterios.