domingo, 25 de enero de 2009

GOD BLESS U ALL

La semana venía enconá: el temporal trajo daños colaterales que podríamos denominar -que no calificar- como fascitis plantar, propensión a la cleptomanía de algún@ tutorand@ (y mira que detesto lo de arrobar), intemperancia de su genitrix, fajas y lumbalgias, calor seco, ibuprofeno 600, fallos pertinaces en el arranque del Ibiza, fosfenos y borborigmos, y hasta denuncias circunvecinas por abusos de menores.

Pero vino Moira, y hubo Sol sostenido.
Juan me dejó unas herramientas: grifo sin trémolo.
La Batu me prestó unas plantillas y los pies dejaron de doler antes de ponerlas (lo que hace tener mano en Salud).
Obama juró el cargo.
Víctor Castro Domínguez, casi tocayo mío, decidió que nos urgía y tenía razón. Antes de tener USO de razón. Tío precoz.
ARTEFACTVM 15.1. Miel sin hiel: uno va , dice, canta y hay gente que aplaude (270 con silla y 200 bailando en la calle) y hay como cinco abrazos que valen quince por trescientos sesenta y cinco, es decir, cinco mil cuatrocientos setenta y cinco. Una inversión segura esto de quererse.
Ale, Pablo, Ángela, Javi y Elena convertidos en "Patrulla de Seguridad"peinan pasilo, habitaciones y baños ataviados a usanza de TEDAX, tras una ictiofagia enloquecida y euforizante por cortesía de Freiduría "La Estrella".

GRACIAS. Salvado por vosotros.

martes, 20 de enero de 2009

SATURNO

De vez en cuando colaboro con Taller Sonoro (http://www.tallersonoro.com/) , unos excelentes músicos que cultivan repertorios contemporáneos, la verdad, algo difíciles para el gran público, pero siempre tremendamente interesantes. La última vez fue en el Festival de Alicante, donde las composiciones del gran César Camarero iban hilvanadas por textos que él mismo había seleccionado para la ocasión.
Lo sorprendente es que alguien del público tuvo la ocurrencia de grabarnos y colgar el vídeo en Youtube. El texto que digo es de Luis Buñuel, mejor director de cine que escritor, ya que sus textos incurren en con frecuencia en los excesos de la vanguardia más epidérmica. Sin embargo, Camarero tiene buen paladar poético -además del indudable talento como compositor, que por otra parte no necesita que yo elogie- y este texto resulta extraordinariamente adecuado. Sonó junto a otros de Gamoneda, Cirlot, Larrea, Pizarnik...
En fin, otra ocasión de aproximar mis dos pasiones más confesables: la música y la literatura. Y de compartirlas con mis amables lectores. Es aquí:

http://www.youtube.com/watch?v=53CJOMf6ZMA

lunes, 19 de enero de 2009

Estimada Señora Directora General:

Soy un ciudadano perfectamente normal y en plena posesión de sus facultades físicas y psíquicas, lo que demostrará la coherencia de las líneas presentes y confirmaría mi lógica y aun amena conversación, en el caso hipotético de que se aviniera a compartirla con quien suscribe la nota que a continuación redacto por consejo de mi terapeuta y, la verdad, porque tengo la certeza de que mi caso merece una revisión.

Felizmente instalado en los treinta y cinco años de mi edad, hijo, esposo, padre, trabajador, vecino, amante, consumidor y hasta cibernauta ejemplar(es), encuentro desproporcionada la sanción de que soy objeto, puesto que sólo se me acusa de no poseer el talento o la resignación bastantes para sobrellevar las adversidades pequeñas: he sabido sufrir la ruptura con mis anteriores parejas, mi alergia, algún despido y hasta la pérdida definitiva de seres queridos con una entereza que ha sido causa del asombro de otros muchísimos seres que, en calidad de testigos y fedatarios de cuanto expongo, suscriben también estas líneas.

Pero que deje de escribir un bolígrafo, la falta de papel higiénico en el baño, los departamentos de atención telefónica al cliente, los cuadros y los renglones torcidos, la imposibilidad de retirar la cáscara insidiosamente adherida a un huevo cocido, el así llamado “fenómeno botellón” o el profiláctico que, algo pasado de fecha, no se desarrolla longitudinalmente con la diligencia necesaria, definitivamente fomentan en mí tendencias homicidas de las que ni puede ni debe considerárseme responsable.

Hay personas que serían capaces de asesinar por causas grandes y abstractas y sustantivas, por codicia, por heroísmo o por lujuria, a costa de la vida del honrado cajero de una entidad de crédito, convirtiéndose en el hombre que mató a Liberty Vallance o degenerados en los vulgares uxoricidas que modernamente han dado en llamar maltratadores.

Por eso, estimada señora Directora General, arguyo –y mire que nunca pensé utilizar esta forma verbal- que mi caso no es tan grave y que sólo me considero en riesgo severo de cometer un disparate irreparable en un caso del todo excepcional, como un repentino corte del fluido eléctrico que virtualmente pudiera impedir que concluyese la redacción de la presente car

jueves, 8 de enero de 2009

AZAHARES LUNEROS

Falto hace unos días: los Reyes Magos me dejaron destornillador en mano, montando triciclos, instalando baterías (¿alguien recuerda cuando simplemente se ponían pilas?), reciclando cartones...
Me encontró la mañana del siete adherido al pavimento del cruce Pagés del Corro-San Jacinto (por donde, mira por donde, pasan sendas cabalgatas de Triana y Ateneo y pasan de barrer hasta el día siete). Primer día de cole para ellos y para mí: ganaron ellos.
Aterrizo en el ocho de milagro y como si la depresión postparto me llegase durante la comunión de mi hijo, como una resurrección de insurrectos (dedico causalmente el adjetivo a la biennacida Eugenia), al tercer día, especialmente aciago, noto como el síndrome postvacacional viene muy agudo, como ángulo de dos grados, como pocos de mis chistes y como los hielos que parece que vienen mañana.
Después de tres símiles por el precio de uno no queda sino resolver: necesito esperanza blanca. E inevitablemente me acuerdo de los azahares luneros.
Así llaman, creo, por estas tierras de naranjos a los azahares que florecen paradójicos en ese momento del año casi exactamente simétrico al de su florecimiento oficial en la orgiástica sinestesia de la primavera a orillas del Gran Río, atraídos por la Luna como una marea, engañados por la bonanza como el eclipse distorsiona la alborada del gallo, como Dios sabe qué radares o sistemas globales de posicionamiento varan aparatosamente las que en la mar fueron livianas ballenas, devenidas lastimosamente en moles cetáceas. Los azahares luneros dan una gracia inesperada a las tardes irremediablemente cortas del otoño, porque alivian la pesadumbre que provoca la inminencia de los rigores del invierno como una promesa.
Polarizados, maniqueos, (“temperados”, con máxima benevolencia, “digitalizados”, ganamos precisión y perdimos sutileza ¿siempre se pierde la una a costa de la otra?). No siempre somos capaces de apreciar los detalles y tenemos la mala costumbre de confundir los finales con los principios. Crepúsculos hay confundibles con ortos, y he visto ocasos que me parecieron amaneceres.
El azahar lunero es esperanza...blanca.

domingo, 4 de enero de 2009

iJam

Seguro que los internautas más avezados ya lo conocéis. A mí me parece genial, así que agradezco a mi Javi de mi alma este regalo...como si me hubiera regalado el auténtico iJam.

Es aquí:

http://www.ijam.es/

sábado, 3 de enero de 2009

¿Y por qué Orphenica Lyra?

En 1990, mi amigo Domingo Corral –hoy director de un prestigioso canal de cine, ya entonces erudito, bilingüe y, por supuesto, cinéfilo- me ofreció hacer UN PROGRAMA DE RADIO y yo –pecados de juventud- acepté. Él, por entonces, llevaba a su vez un programa sobre su pasión más confesable, el cine, que había titulado La noche americana citando la imprescindible película de Truffaut.

El mío versaría sobre las cosas que más me gustan, la música y la literatura. Una tarde inolvidable hicimos un mano a mano en el que me permití opinar sobre la música clásica en el cine: desde Wagner en Apocalypse now hasta el Himno de la alegría en una recién estrenada Dead poets society. La ignorancia es, y era, atrevida: no creo que hoy fuera capaz de opinar tanto, ni siquiera en mi propio blog.

Lo cierto es que, aunque a última hora jamás llegó a emitirse uno solo de mis programas en aquella Radio Fantasía, turbia no solo por la debilidad de mi memoria, salí de allí persuadido de que empezaríamos con cierta sinfonía de Ralph Vaughan-Williams (también por entonces de actualidad, gracias a Remando al viento) y el título sería, sin ninguna duda, ORPHENICA LYRA, “nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo”.

¿Por qué? Porque compila y resume todo lo que necesito: cultura clásica en su título latino, las palabras y músicas de Orfeo –mito que adoramos quienes intentamos aplicarnos el cuento: vincit qui se vincit- amigos y amores con quienes compartir versos y compases… y un hermoso libro de músicas que, de paso, recuerdan que Sevilla fue capital cultural del mundo. Claro que en 1554… (Mundo viejuno, dirían los de Muchachada Nui). Invito a escuchar:

Lágrimas corriendo. Canciones de Alonso Mudarra y Miguel de Fuenllana. Carlos Mena y Juan Carlos Rivera. Junta de Andalucía. DS-0131. 2001
Canto del Cavallero. José Miguel Moreno. Glossa GCD 920101. 1993.
De los Álamos de Sevilla. Juan Carlos Rivera. Alma Viva 0106. 1995.
Fuenllana. Libro de música para vihuela, intitulado Orphénica Lyra. José Miguel Moreno. Orphénica Lyra. Glossa 920204. 1999.
Canción del emperador. José Miguel Moreno. Glossa. 1998
Al alva venid. Ensemble La Romanesca. José Miguel Moreno, Marta Almajano, Paolo Pandolfo, Juan Carlos de Mulder. Glossa. 1999 .

Otro día pongo libros. Pero adelanto que tampoco serán especialmente vanguardistas.

jueves, 1 de enero de 2009

AÑO NUEVO

Pensábamos abrir un libro nuevo,
y ya ves: una historia en pergamino.
Mal empezó la cosa. (Deja el vino
un regusto de berzas y de sebo...)

¿Por qué cantamos? Casi no me atrevo
a proseguir, sin rumbo, mi camino;
mientras alas, agujas, sed de pino
en las arterias de mis sienes llevo.

Pronto amanecerá. La borrachera
no me puede durar, como quisiera,
los trescientos sesenta y cinco días.

Será un amanecer sin alborada,
sobre una tierra desilusionada
como el perfil de las palabras mías.


Estas palabras desesperanzadas escribió el maestro Esteban Torre Serrano -de aliterativos apellidos- en 1982. Como es de bien nascidos el ser agradecidos, unos diez años después, tuve el placer de que me mostrara a Quevedo y a Blas de Otero, lo que le agradezco sin dudas ni reservas.

Pero como estreno blog, solo estoy empezando a agradecer. Me gusta esparcir, diseminar mis gratitudes.

La quejas, si duramos el blog y quien lo escribe, empezaré a consignarlas cuando considere que estoy suficientemente experimentado y viejuno como para no herir ni a las improbables gaviotas circunstancialmente amerizadas en la Orphenica Lyra.

Que tengan vuestras mercedes un MMIX feliz año. (Lo pensé cuando era un MMVIII feliz año, pero solo pude ponerlo por obra justo un año después).

Que Dios os bendiga. Feliz dos mil nueve.